"No es porque me digas la verdad,
es porque nunca me has mentido"
Fito y los Fitipaldis. Antes de que cuente a diez.
En una mano la luna,
en la otra dos deseos midiendo sus fuerzas.
Mirad mi boca, no dice nada.
Mirad la comisura de sus labios inmóvil, también calla.
Acercaos y escuchad nuestra sangre,
sabréis entonces del silencio.
Ese silencio cautivador que nos cautiva.
Ese silencio denso
que ni el cuchillo afilado de nuestras voces
se atreve a atravesar.
Silencio al fin y al cabo
apresurando nuestra inexistencia,
la del individuo frente al todo,
frente a lo único.
¿Y si nos besamos?
Aparecería el ruido,
como un zumbido
en vuestras miradas atónitas.
Un ciego, dos, tres, cuatro
y así hasta el infinito claro.
4 de abril de 2010
:)
ResponderEliminarese silencio tuyo
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