"Cuando volví a este pueblo olvidado tratando de recomponer con tanta astillas dispersas el espejo roto de la memoria“ .
Gabriel García Márquez
Hoy me gustaría ser un espejo,
pero uno viajero,
que quieto e inmóvil en una pared de cruces
viaje por los rostros de grandes ojos
que entienden el mundo,
o al menos, intentan entenderlo,
sin necesitar ser entendidos.
Hoy me gustaría ser un espejo,
pero uno viajero,
que quieto e inmóvil no guarde rencor
ni sienta miedo a la luz,
porque de luz está hecho el día y la noche.
A veces la propia luz, es quien nos oscurece.
Hoy, sí, hoy,
me gustaría ser un espejo redondo
que si no estuviera clavado en esa pared
diera vueltas, y vueltas, y más vueltas,
buscando rincones para su hijo
sin pánico a cristales rotos
esparcidos
por el suelo
de donde venimos todos,
herederos del pasado y del futuro,
de lo escrito y de lo no escrito,
dejando tambaleando
nuestro propio manuscrito.
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